Preámbulo: se aproxima un fragmento literario nostálgico que en caso de que el destinatario desee evitar, pueda obviar esta carta
Entendiendo que la realidad es tal y cada día qué pasa todo va quedando aún más atrás, hay ciertos momentos que llevan pedacitos de recuerdos y me siento a pensar en ti sin razón o propósito alguno y se me pasa el rato y sin darme cuento estoy andando por espacios que ya no son pero alguna vez fueron. Cuando hablo, cuando escribo, cuando pienso e incluso cuando duermo, algunas de las letras de tu nombre se resbalan por mi voz y el mundo no se da cuenta de lo que importante que puede llegar a ser. En esos instantes cuando el camino antiguo se cruza me quedo mirando el cielo, anhelando que ojalá a esa hora en cualquiera que sea el lugar en donde estes por favor lo estes mirando también y te cuente algo de mi y te rías aunque sea un poquito.
Ya no queda casi nada, es cierto, pero aveces sueño y pienso en todo (dormida) y me enfada lo ingenua que soy y le ruego a quien sea que exista en el cielo que inventen la cura para el olvido, pero mientras tanto, me tengo que sacudir la nostalgia, poner la ropa de trabajo y seguir andando.
Los recuerdos los guardo en frasquitos sin etiqueta muy cerca de mi corazón, porque no quiero que nadie mas pueda leerlos, entonces son mis pequeños secretos que con estas palabras te comparto aunque quizás no quieras leerlos, pero para mí siempre será un placer tenerlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario