domingo, 4 de septiembre de 2022

Tristeza de domingo

 Hoy me dio por amanecer nostálgica

Enredarme en las sábanas

Sin saber de qué color está el cielo 

Llorar aunque no sea necesario 

Porque siempre lo es

Me pesa el cuerpo 

Pero más me pesa el alma 

No se qué realmente es lo que me hace falta 

Tengo un reloj en mi pared 

Que nunca miro 

Da igual que hora es 

Cada segundo es igual al anterior 

Desde que despierto hasta que me acuesto 

Sigue siendo la misma hora 

Tengo suficientes almohadas 

No me da frío 

Pero siento congelados mis brazos 

Sin abrazos 

Ya no quiero nada más 

Me agota simular fortaleza 

Me siento realmente pequeña

Como si la existencia en vez de ponerme vieja 

Me hiciera cada vez más ignorante 

Ya no se pedir consejos 

Ni mucho menos darlos 

Estoy a las orillas de una isla 

En la que no nos visitan ni los peces 

Solo existe la sombra de árboles silenciosos 

Que con el silbido del viento 

Me intentan dar besos 

Pero estoy lejos 

Muy lejos de todo eso 

Mi piel se ha puesto rígida y reactiva 

Anhela y rechaza las caricias 

Las manos son incómodas 

Torpes y frías 

Quiero cariño hecho palabras 

Palabras convertidas en actos 

No quiero que me sigan mintiendo 

Diciendo que con los días todo pasa 

Nada deja de ser 

Lo que alguna vez fue 

Me ahoga mi memoria 

Me aturden mis pensamientos 

Solo quiero descansar en el sueño 

Que todo sea una simulación 

Y que yo no hubiese escrito esto 



















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